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Supervisión
de contenido por el Cardiólogo Juan Miguel Guerrero Hernández

Una creencia muy popular es que un miedo muy importante o un susto repentino
pueden ocasionar un infarto cardíaco. La respuesta es: puede ser… en el
paciente con el riesgo suficiente de padecerlo.

El
infarto cardíaco se da por la ruptura de una placa de colesterol en una arteria
coronaria, formando un coágulo que tapará por completo a la arteria,
obstruyendo el flujo sanguíneo al corazón y provocando que el músculo cardíaco
muera.

Existen
muchos tipos de placas de colesterol. Las que menos probabilidad tienen de
romperse, son las que tienen mucho calcio, ya que son muy duras y resistentes.
Sin embargo, existen otras placas que tienen más riesgo de romperse y son las
que tienen mucha grasa sin nada de calcio, ya que estas son blandas y muy
vulnerables.

Para
que una placa de colesterol en una arteria coronaria se rompa, por lo general
se necesita que haya un aumento de adrenalina, que ocasione que aumente la
frecuencia cardíaca y la fuerza con la que el corazón bombea, provocando un
estrés importante en el corazón. De esta manera, la placa que sea vulnerable,
se romper y provocará un infarto.

Ahora
bien, si un susto muy fuerte y repentino es lo suficientemente intenso como
para liberar la suficiente adrenalina para que el corazón comience a latir muy
rápido y muy fuerte, sometiéndose a mucho estrés, ahunado a que este corazón
tenga una placa de colesterol blanda y vulnerable, es probable que pueda
ocurrir un infarto cardíaco.

Sin
embargo, se ha estudiado en muchas ocasiones si verdaderamente un susto puede
causar un inarto o no, y en realidad lo que se ha encontrado es que es poco
probable que un susto, por más fuerte que sea, ocasione un infarto cardíaco, ya
que no provoca la suficiente cantidad de adrenalina para que ocurra.

Lo
que si se ha visto es que un infarto cardíaco puede ocurrir después de un
ejercicio muy intenso o incluso, en el peor de los casos, totalmente en reposo
(sobre todo en las horas de la madrugada o en la mañana, debido a la liberación
de adrenalina). Se ha visto que los infartos por la mañana, que son más
frecuentes, también son más severos.

De
todas formas, te recomendamos que siempre busques evitar las emociones
demasiado fuertes, sobre todo si tienes factores de riesgo cardiovascular como
diabetes mellitus o hipertensión. Caras vemos, coronarias no sabemos. Cuídate,
aliméntate sanamente y haz al menos 30 minutos de ejercicio al día.

¡Por
un corazón SANO!

Referencia: 
Hosp Pract (1995). 2010;38(3):144-52.

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