Fibrilación Auricular

Fibrilación Auricular

La fibrilación auricular es un tipo de arritmia, enfermedad del corazón que implica un fallo en el sistema de conducción eléctrico cardiaco, y que presenta un ritmo de latido acelerado e irregular.

¿Qué ocurre en la fibrilación auricular?

El fallo radica en una zona de las aurículas (cámaras superiores del corazón), que se desentiende del circuito eléctrico habitual, y comienza a generar impulsos eléctricos por sí misma, incrementando los latidos por minuto de la aurícula hasta a 300-400, muy por encima de los habituales 60 a 100 latidos por minuto.Se cree que un estímulo espontáneo en alguna zona no especializada para la activación del circuito eléctrico del corazón es el detonante que lleva a la fibrilación auricular a presentarse. Inicialmente, los episodios se resuelven en un par de minutos, y gradualmente, van prolongándose cada vez más, hasta causar cambios incluso en la estructura del corazón, incrementando el tamaño de las aurículas y volviéndolas cicatrízales.

¿Quiénes están en riesgo de padecerla?

La fibrilación auricular es una enfermedad que va aumentando su número de afectados, año con año, no sólo porque la edad avanzada predispone a dicho padecimiento, sino porque se presenta con frecuencia en personas con enfermedades preexistentes como hipertensión arterial, infartos cardiacos previos, insuficiencia cardiaca y enfermedades valvulares. Además, la obesidad, el tabaquismo y el consumo de alcohol también favorecen la aparición de esta enfermedad. Estudios recientes incluso han logrado relacionar a la fibrilación auricular con un riesgo incrementado de padecer demencia.

¿Cuáles son las consecuencias de la fibrilación auricular?

Las consecuencias de esta enfermedad son serias, puesto que incrementa el riesgo de padecer un infarto cerebral (¡hasta cinco veces más riesgo!), de desarrollar insuficiencia cardiaca o incluso de muerte súbita. Cabe destacar que hasta el 60% de los enfermos que la padecen desconocen estar afectados. Cuando la detección y el tratamiento son tempranos, puede revertirse, así como si no se maneja adecuadamente hasta una etapa tardía, es difícilmente modificable.

El tratamiento adecuado de las enfermedades predisponentes, al igual que la optimización del estilo de vida (evitar la obesidad, abstenerse del consumo de alcohol, hacer actividad física moderada y tener una óptima calidad de sueño) consiguen reducir el riesgo de desarrollar fibrilación auricular.

¿Qué síntomas se presentan?

Un paciente con fibrilación auricular podrá tener una gama de síntomas que incluyen: palpitaciones, dolor en el pecho, sensación de falta aire, cansancio y/o poca tolerancia al ejercicio. En ocasiones, la sensación ha llegado a compararse con un “pescado agitándose” dentro del pecho. Además, debido a que estos síntomas pueden surgir espontáneamente, el individuo afectado puede presentar ansiedad.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Para hacer el diagnóstico basta identificar a la palpación un pulso completamente irregular, y confirmar este hallazgo con un electrocardiograma (una “fotografía” de la actividad eléctrica del corazón). No siempre logra capturarse durante el electrocardiograma la fibrilación auricular. En esos casos, se procede a hacer una recolección ambulatoria de registros electrocardiográficos conuna duración de 24h a 48 hrs. El equipo que se utiliza para estas mediciones constantes de la actividad cardiaca se denomina Holter.

Es importante recordar que la fibrilación no siempre causa síntomas,   y,   que en etapas iniciales esta enfermedad se presenta transitoriamente; por ello se recomienda que los pacientes mayores de 65 años se sometan a revisión rutinaria.

¿Qué tratamiento hay para la fibrilación auricular?

En un paciente con el diagnóstico ya establecido, es fundamental comenzar con tratamiento anticoagulante. Cabe resaltar que el uso de anticoagulantes requerirá monitorización con exámenes de sangre para asegurarse que el medicamento no sobreactúa o actúa de menos (pues al no estar en el balance adecuado, podrá ser peligroso), principalmente ante el alto riesgo de tromboembolias y sangrados cerebrales. Este manejo no se limita a reducir los episodios de derrames cerebralessino que también reduce la mortalidad y acorta el tiempo de estancia intrahospitalaria.

Además de ello, se administran fármacos que intentan controlar el ritmo y la frecuencia del corazón. En casos especiales en los que no sean capaces de controlar los latidos, o en otras indicaciones puntuales, se podrá sugerir hacer una ablación, que consiste en destruir mediante radiofrecuencia o temperaturas extremas las áreas de las aurículas que están estimulando al corazón a contraerse excesivamente.

 

Fuente:

Fuente: Lip, G. Y. H. et al (2016). Atrial fibrillation. NatureReviewsDiseasePrimers, 2, 16016