Insuficiencia Cardíaca
¿Qué es la insuficiencia cardíaca?
Así se designa a la enfermedad en la cual el corazón no bombea adecuadamente. Al ser deficiente en la movilización de la sangre, los demás órganos del cuerpo comienzan a sufrir por la falta de aporte sanguíneo. Además, la lentitud de la circulación favorece la fuga de líquido de la sangre, condicionando a la hinchazón, dificultad para respirar y sensación de cansancio.
Se trata de una epidemia mundial, puesto que el 1% de la población mundial la padecen.
En su comienzo, diversos mecanismos de rescate (neurológicos, hormonales, celulares, entre otros) consiguen estabilizar el fracaso del corazón. Sin embargo, la sobreactividad de estos eventualmente agrava la condición, incrementando la sobrecarga de volumen, redistribuyendo la circulación y aumentando la actividad simpática.
¿Por qué ocurre la insuficiencia cardíaca?
La insuficiencia cardíaca se debe principalmente a una enfermedad miocárdica de base (comúnmente infartos previos); enfermedades valvulares, las anormalidades estructurales y las arritmias pueden también pueden desencadenar un corazón insuficiente.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Los factores de riesgo son enfermedades que sobrecargan la actividad que debe realizar el corazón. Entre ellas destacan la hipertensión arterial, la diabetes mellitus la obesidad y las enfermedades pulmonares crónicas. Tener algún familiar con historia de insuficiencia cardiaca es igualmente un factor predisponente, así como las cardiotoxinas (medicamentos o drogas).
¿Hay variantes diferentes de la insuficiencia cardíaca?
Es frecuente que el personal médico diferencie la insuficiencia cardiaca en dos, una llamada “insuficiencia cardiaca de fracción de eyección preservada” y otra “insuficiencia cardiaca de fracción de eyección reducida”. Si bien se trata de la misma enfermedad, la precisión del nombre implica una distinción de gravedad, de causalidad y de epidemiología.
¿Cuáles son los síntomas de la insuficiencia cardíaca?
En su etapa inicial, es infrecuente percibir síntoma alguno, recordando que los mecanismos compensadores que inicialmente controlan la alteración corporal. La presencia de los siguientes síntomas es más habitual en etapas más avanzadas de la enfermedad:
- Fatiga
- Falta de aire, comúnmente acentuado en la noche
- Palpitaciones
- Hinchazón en piernas, tobillos y pies
- Mareo
- Tos
¿Cómo se hace el diagnóstico?
El diagnóstico es clínico, es decir, lo realiza el médico, tomando en cuenta los síntomas que refiere el paciente, junto con hallazgos complementarios y concordantes en la exploración física.
Además, para una mayor certeza, es común adicionar una batería de estudios seguros e indoloros, que incluyen:
- Un electrocardiograma (ECG)
- Un examen de sangre
- Una radiografía de tórax
- Un ecocardiograma
- Prueba de esfuerzo
- Cateterismo cardiaco.
¿Existen formas de prevenirme?
- Tome sus medicamentos para las demás enfermedades que padezca. Recuerde que la insuficiencia cardiaca es común por otras enfermedades mal controladas.
- Vigile su peso. Un aumento rápido de peso (2kg en una semana) puede deberse al acúmulo de líquido, indicando una circulación comprometida.
- Disminuya su consumo de sal.
- Pierda peso en caso de tener sobrepeso u obesidad.
- Deje de fumar.
- Limite el consumo de alcohol.
- Realice actividad física regularmente de intensidad moderada.
- Notifique a su médico antes de tomar algún fármaco o suplemento nuevo.
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad progresiva, en la que el 10% de las personas fallecen a causa de ella anualmente. La prevención es fundamental. En caso de tener ya el diagnóstico, estas medidas junto con su tratamiento farmacológico son obligadas.
¿Cuál es el tratamiento?
Idealmente, el tratamiento empieza incluso antes de llegar a la insuficiencia cardiaca. Es decir, tan pronto se documentan enfermedades de riesgo, estas se tratan y controlan para evitar que desencadenen la insuficiencia cardiaca.
Existen diferentes grupos de fármacos que pueden ser utilizados, con frecuencia en combinación. La familia de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA-II) son altamente utilizadas, al igual que los beta-bloqueadores. Existen subgrupos de pacientes que se benefician de dinitrato de isosorbida e hidralazina. Por lo tanto, su médico precisará el tratamiento farmacológico más adecuado para usted.
Fuentes:
- Mitter, S. S., & Yancy, C. W. (2017). Contemporary Approaches to Patients with Heart Failure. Cardiology Clinics, 35(2), 261–271.
- Tanai, E., & Frantz, S. (2015). Pathophysiology of Heart Failure. Comprehensive Physiology, 187–214.
- UpToDate 2019 Patient education: Heart failure (The Basics) Visto en: https://www.uptodate.com/contents/heart-failure-the-basics?search=insuficiencia%20cardiaca&topicRef=3446&source=see_link